Los ingresos por royalties compensan la caída de ventas en Telepizza
Food Delivery Brands mantiene un perfil bajo desde hace meses. Más o menos desde el pasado otoño, cuando logró la aprobación judicial a su plan de reestructuración para impulsar el negocio y su crecimiento. Tras atar el apoyo financiero necesario, de cara a esta nueva etapa el grupo de restauración propietario de Telepizza se ha encargado de armar un equipo directivo a la altura, encabezado por un Rafael Herrero que ha vuelto al sector con el objetivo de maximizar la rentabilidad del grupo y fortalecer el posicionamiento de las marcas que opera. Por lo demás, la compañía se ha mantenido al margen de previsiones de aperturas y resultados, tal habituales en la restauración organizada.
A falta de actualizaciones sobre el estado actual de su negocio, Food Delivery Brands cerró el 2023 con unos ingresos de explotación de 181,2 millones de euros, lo que supone un aumento del 9,3% respecto al año anterior de acuerdo con el último informe de cuentas depositado en el Registro Mercantil.
Esta mejora se debe principalmente al aumento de royalties que recibe de su filial Mixor, a través de la cual controla los locales de Telepizza y Pizza Hut en España. En concreto, los pagos que realizan los franquiciados por el uso de la marca casi se duplicaron, alcanzando los 55,6 millones de euros, frente a los 28,39 millones de 2022.
En cambio, las ventas en locales se situarion en 125,5 millones de euros, un 8,6% por debajo del ejercicio previo. La caída responde al cierre de establecimientos operados, ya que según Telepizza incrementó el consumo en su red de restaurantes en más de un 27% durante 2023. Actualmente, la enseña llega a más de 32 millones de clientes gracias en todas las ciudades de 40.000 habitantes con 740 locales en toda España.
El grupo de restauracicón empeora resultados por los gastos de su reestructuración
Los gastos en personal de Food Delivery Brands se situuaron en 28,4 millones de euros, en línea con los 26 millones del 2022, mientras que los gastos de explotación se dispararon hasta los 114,5 millones. Por todo ello, el resultado operativo alcanzó unas pérdidas por 40,6 millones de euros, en claro contraste ccon el beneficio de 2,2 millones del año anterior. La causa del peor resultado de explotación se debe principalmente al aumento de los gastos de amortización y las facturas por servicios exteriores, que llegaron a los 111 millones por el aumento de royalties a pagar a Pizza Hut y por los gastos de asesores de la reestructuración.
A nivel de plantilla, la compañía finalizó el ejercicio con 963 trabajadores. Una vez finalizado el proceso de reestructuración, junto con la revisión del acuerdo estratégico con Yum formalizado en diciembre del año pasado, el grupo asegura verse dotado de una mayor capacidad financiera y operativa para afrontar con solidez y confianza los cambios que puedan producirse durante los próximos ejercicios.
El grupo trabaja en acciones para acelerar la optimización de sus procesos operativos y el desarrollo de capacidades digitales para adaptarse a las nuevas necesidades y hábitos de los consumidores, así como asegurar la sostenibilidad y rentabilidad de su red defranquiciados, elemento clave para el crecimiento y la expansión del negocio.