
La Mamona minimiza su presencia y grupos de referencia preguntan por sus locales
El mercado inmobiliario en el sector de la hostelería es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar. Especialmente en Madrid, donde las elevadas rentas y la falta de locales aptos para la actividad llevan tiempo dificultando el crecimiento de las marcas de restauración. Tan es así que hasta nombres de referencia en el sector dan por completada su presencia en la capital ante los problemas para encontrar espacios acordes a sus necesidades sin entrar en una guerra de precios.
En medio de este desajuste entre demanda y oferta, de pronto el mercado se ha encontrado con un puñado de locales muy premium disponibles. Corresponden a los tres locales que ha dejado libres La Mamona en Castellana 62, Juan Bravo 41 y Avenida de Europa 16 (Pozuelo).
La Mamona, la que fuera gran enseña del grupo Lalala y epítome del entretenimiento en el renacer hostelero de la pospandemia, ha sido la gran sacrificada en la transformación de la compañía. A principios de este año, la empresa impulsada por Miguel Nicolás y Luis Torremocha pasaba a renombrarse como La Bientirada y unificarse bajo una sola identidad.
Tras operar durante ocho años como paraguas para un potfolio diverso, Lalala ha decidido apostar por La Bientirada como marca auténtica y única. Y en este proceso de redefinición de la estrategia empresarial y organizativa, únicamente mantiene abierta la localización de La Mamona Chamberí, en el número 7 de la calle Ponzano. Aunque la consolidación también afecta a La Lianta y discotecas del grupo, en el caso del concepto binomio restaurante-cervecería ha supuesto decir adiós a locales que destacaban por su localización y alcance. En concreto el de Castellana, que contaba con 235 metros cuadrados repartidos en diferentes espacios, incluida una terraza cubierta en el jardín que hacía las delicias del público.
A priori, la liberación de estos tres establecimientos, con gran capacidad y perfectamente acondicionados, ha permitido oxigenar el mercado en algunas de las zonas más congestionadas. Y si bien hay interés de grupos de restauración en hacerse con sus arrendamientos, las elevadas tasas de esfuerzo que plantea acometer aperturas hoy en día en Madrid hace que se mantengan desocupados. Según indican fuentes del sector, Castellana es el que despierta mayor tentación entre grandes nombres.
Con la caída de la rentabilidad en el centro de los problemas para gran parte de la restauración, la mayoría de actores se plantea un 2025 con aperturas más reflexionadas y cierres estratégicos de locales para no perjudicar la rentabilidad global. De hecho, La Bientirada no tiene previsto llevar a cabo ninguna inauguración este año, que planea invertir en fortalecer su propuesta y crecer fuera de Madrid en el medio plazo. Hace dos años, el propio Nicolás compartía en el marco de HIP que veía al grupo con 50 locales en unos años, incluyendo su salto a Sevilla e Ibiza.