En junio del pasado año comenzó la que sería la mayor transformación de su historia. A lo largo de este tiempo, The Palace Hotel, Madrid ha estado inmerso en un ambicioso proyecto de renovación en el que destaca la restauración de un elemento clave: su emblemática fachada. El proceso de remodelación para llegar al resultado completo todavía no ha llegado a su fin.

Resulta importante destacar que las obras forman parte de una muda de piel completa ya que, como ya avanzó este medio, tras la finalización de éstas, el hotel pasará a llamarse The Palace, a Luxury Collection Hotel, Madrid, reincorporándose a la prestigiosa cartera de hoteles de la marca The Luxury Collection, perteneciente a Marriott International.

Según indicó la cadena hotelera al comienzo de la remodelación, el objetivo de esta reforma integral es aunar el legado del edificio, su arraigo con la ciudad y su conexión con la vida cultural, artística y social de Madrid.

El Palace no es blanco. De hecho, dentro de esta renovación a gran escala, la restauración de la fachada, que combina la precisión artesanal con técnicas científicas avanzadas, ha permitido recuperar los colores, detalles ornamentales y estructuras arquitectónicas originales del hotel, tal como fue inaugurado en 1912. 

Se ha llevado a cabo la renovación de toda la propiedad, desde las habitaciones hasta los espacios comunes.

Esta intervención, liderada por Miguel Díaz, de Ruiz Larrea Arquitectura, no solo restablece el brillo del edificio, sino que consolida al hotel como uno de los hitos principales del Paisaje de la Luz, recientemente declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.

El proceso para recuperar el diseño original del hotel

Al ver el resultado son indiscutibles las dimensiones del proyecto. En este sentido, la magnitud de la intervención es notable, abarcando 8.000 metros cuadrados de fachada, con 7.000 metros cuadrados en su cuerpo superior y 1.000 metros cuadrados en el cuerpo inferior.

En pleno corazón de Madrid, este imponente edificio ha sido objeto de un minucioso proceso de recuperación que ha durado todo un año. Cabe destacar la participación de 35 expertos en cada una de las fases. Una docena de equipos de especialistas, incluyendo canteros, vidrieros, herreros y restauradores, han trabajado en la restauración de este edificio. Cabe destacar que se trata de un Bien de Interés Cultural (BIC) de la Comunidad de Madrid.

El Palace, un icono de Madrid

Es indiscutible que la restauración de la fachada de The Palace Hotel, Madrid marca un antes y un después en el Paisaje de la Luz de la capital, siendo el primer edificio de este recorrido cultural en recibir una intervención de tal magnitud. A través de este proyecto, basado en la rigurosidad histórica y la calidad artística, Madrid recupera uno de sus tesoros arquitectónicos más emblemáticos.

Así, The Palace Hotel, Madrid no solo renace como referente del cuidado del patrimonio histórico, sino que consolida su compromiso con la conservación del legado cultural de la capital.

¿Cómo se restaura un edificio emblemático?

Según los expertos, esta remodelación se trata de un proceso riguroso y científico. El proyecto comenzó con un detallado análisis de las capas de pintura históricas del edificio. 

En una labor prácticamente arqueológica, se han examinado las capas. De esta forma, han revelado el revestimiento original de The Palace Hotel, Madrid: un color beige para las superficies planas que procura simular la piedra caliza y un marrón rojizo para los adornos, que trata de imitar la terracota.

Durante el proceso, las muestras de estos revestimientos originales fueron analizadas en laboratorio, utilizando microscopios y rayos X para identificar los pigmentos y técnicas utilizadas en 1912. 

Como resultado se ha obtenido la recuperación de lo que hoy se conoce como el ‘color Palace’, un tono único creado específicamente para el edificio y replicado mediante una técnica de veladura, que garantiza la fidelidad con el acabado y textura originales de la fachada del edificio.

Limpieza y conservación de detalles 

El entorno de establecimiento, afectado por el tráfico del Paseo del Prado y la exposición a las inclemencias del tiempo, había dejado su huella en la fachada. Sin embargo, la calidad constructiva del edificio permitió que muchas de las estructuras originales se conservaran en buen estado. 

Durante esta remodelación, se realizaron restauraciones en áreas clave, como las ménsulas y balaustras, y se reemplazaron aquellos elementos que lo requerían, siempre tratando de mantener la coherencia estética y estructural del conjunto.

La restauración de las guirnaldas y decoración floral ha permitido redescubrir detalles olvidados bajo capas de pintura acumuladas durante décadas. Estos ornamentos, situados a más de 20 metros de altura, ahora muestran nuevamente la riqueza de sus formas, con rosas y flores cinceladas con un nivel de detalle exquisito.