Así es el sistema de Restalia que denuncian los franquiciados: cortes de suministro, sobrecostes y rentabilidad nula
José Antonio Lombardía quería emprender un negocio de restauración. Como no tenía experiencia en el sector, buscó hacerlo de la mano de una franquicia para aprovechar las ventajas de una maquinaria engrasada y la economía de escala. Se puso en contacto con Restalia interesado en abrir un local de Panther. Desde el grupo le plantearon un plan de negocio que prometía una facturación de 500.000 euros en el primer año, pero cuál fue su sorpresa cuando la cifra real alcanzada apenas llegó a la mitad.
«Antes de empezar hice unas simulaciones de un menos 10 y 30% sobre lo que me decían, y con ajustes en la estructura de costes podía tener sentido, pero nadie se equivoca un 50%», cuenta Lombardía. Su caso es uno más de las decenas de franquiciados que han interpuesto una denuncia contra Restalia por presunta estafa, pero que está a punto de alcanzar el centenar de afectados. «Fui un conejillo de indias», porque se trataba de un «modelo que no estaba probado en absoluto».
Una posible explicación a este desfase entre previsión y realidad es que su establecimiento tan sólo era el segundo de la marca Panther, por lo que «todo era un ensayo y error». No obstante, cuando este franquiciado se reunió con representantes de la compañía para plantearles hasta doce iniciativas para reconducir la situación del negocio, lo único que recibió fueron negativas. Pero su mayor sorpresa fue descubrir que los proveedores homologados ofrecían precios por encima del mercado, lo que revela que los responsables de las empresas habrían ocultado la existencia de acuerdos con proveedores que hacían inviable el proyecto.
Precisamente, las cláusulas de exclusividad de abastecimiento con proveedores son una de las cuestiones que se exponen en el escrito de denuncia. Según Cremades & Calvo-Sotelo y Rafael Franco Abogados, los despachos a cargo de la representación de los franquiciados presuntamente afectados, la mayoría advirtieron que podían encontrar mejores precios fuera del sistema de franquicia que dentro. En los informes periciales elaborados se concluye que, supuestamente, la mesa de compra debía beneficiar a los dueños de los locales, pero la única ventaja competitiva la obtenía Restalia, con la recepción de un rappel de ventas por el volumen de compras que hacen los franquiciados.
Restalia asegura que la única razón de ser de estas acusaciones es dañar la imagen y reputación de la compañía
El procedimiento investiga la existencia de delitos fiscales, presunta estafa, organización criminal, coacciones, delito contra los consumidores, delitos informáticos y blanqueo de capitales. Todos ellos forman parte de esa denuncia en la que se han incoado diligencias previas contra 29 sociedades vinculadas al grupo, entre las que se encuentran marcas como 100 Montaditos, La Sureña o The Good Burger.
Frente a estas acusaciones, Restalia declara que «la única razón de ser de dicha rueda de prensa es dañar la imagen y reputación de una compañía comprometida de manera firme y constante con sus franquiciados». a los que retira haber «destinado millones de euros» estos años de pandemia «a través de la activación de un paquete de ayudas único».
Asismimo, mientras se habla de posibilidad de que se personen nuevos afectados, asegura que a día de hoy no ha sido notificada de la existencia de ningún procedimiento ni ha sido llamada a declarar por Juzgado alguno.» Ni las compañías, ni las personas físicas contra las que supuestamente se dirige el proceso han recibido ninguna notificación, emplazamiento o comunicación del juzgado».
Se calcula que el grupo habría causado un perjuicio de casi 20 millones de euros a los primeros 32 franquiciados. El perjuicio promedio, han apuntado, sería de entre 300.000 euros y 600.000 euros por franquiciado. «Hay una captación indiscriminada de franquiciados bajo promesas de alta rentabilidad, de rápida recuperación de la inversión inicial y de una mesa de compra», relata Rafael Franco, quien en ningún momento cuestiona el modelo de franquicia como negocio.
Presiones a los franquiciados
«Sin embargo, a la vista del desgarrador y sangrante testimonio de los franquiciados y a la vista del patrón sobre los hechos consideramos que deberíamos trabajar y ahondar en estos hechos», añade Franco. Tras aplicar varios filtros de comprobación en el relato de los denunciantes, el despacho ha constatado que el grupo hace entrega de un plan de viabilidad que, en todos los casos gestionados, resultan irreales. «Este engaño original es el que ha precipitado que firmen un contrato de franquicia», sostiene en relación a la imposibilidad de cumplir los objetivos de facturación anual, recuperación de la inversión o rentabilidad. Prueba de ello es que las ofertas y promociones provocan pérdidas a los franquiciados.
De ello da fe Enrique Cebeira, exsecretario de la junta directiva de la Asociación Española de Franquiciados de Restalia. Tenía un 100 Montaditos y de The Good Burger, que sólo fueron rentables los primeros meses, pero se vio obligado a vender sus acciones a otros socios después de que la compañía rescindiera su contrato, cortara suministros y le obligara a vender sus negocios en un plazo de seis meses. «Restalia en muy pocas ocasiones ha tenido locales propios. Cada cambio de carta surge en un laboratorio y no está contrastado», resume sobre una trágica experiencia que le ha sumido en la ruina.
Un desenlace similar al vivido por Julián García Movellán, que como franquiciado de TGB denuncia el envío de carne caducada por parte de Havi Logistics, uno de los proveedores de Restalia investigados, por orden del mismo grupo. Se negó a venderla en el local que tenía franquiciado, pero para entonces su suerte ya estaba echada. Prácticamente desde el principio, dado que a los seis meses de abrir acumulaba unas pérdidas superiores a los 15.000 euros, y sus propuestas de reflote fueron rechazadas.
En el caso de García, los problemas con el grupo se aceleraron a raíz del impago de un royalti, que implicó la suspensión inmediata del sistema informático. Lejos de ser algo puntual, forma parte de una supuesta estrategia de presión contra los franquiciados, ya que el suministro se cortaba en viernes para evitar la actividad durante el fin de semana para «hacer el máximo daño». De acuerdo con los testimonios ofrecido por los afectados, Restalia hace circular un listo de franquiciados que no cumplen con los pagos para penalizarles.
A la vista de todo lo anterior, Franco considera que la gestión del franquiciado es irrelevante, porque «estás muy encorsetado en cuanto a obligaciones, compras, mercancías, instalación, montaje o precio de venta». Por su parte, desde Restalia manifiestan que las «manifestaciones vertidas en la mencionada rueda de prensa se han realizado faltando gravemente a la verdad de lo acontecido, ofreciendo datos totalmente tergiversados, por lo que desde la dirección de la compañía se emprenderán las acciones legales oportunas en defensa de sus legítimos derechos.