El sector pastelero levanta la voz contra el déficit de personal: «falta formación y conciliación familiar»
A nadie le amarga un dulce, pero cuesta encontrar personas dispuestas a elaborarlos. Considerado el hermano pequeño de la gastronomía, el sector pastelero también acusa dificultades para cubrir puestos vacantes. Un déficit de personal que no es ni mucho menos nuevo, pero que se ha acentuado en los últimos meses, como evidencia la necesidad de incorporar entre 4.000 y 5.000 empleados sólo en Madrid.
«Somos ese hermano dejado de lado por la profesión», reconoce Juan Antonio Martín Molero, propietario de las Pastelerías Manacor y ASEMPAS (Asociación de Empresarios Artesanos del Sector de Pastelería de Madrid). Si bien el fenómeno de los puestos sin atender afecta a muchas actividades económicas, lamenta que el suyo es un oficio que no ha sabido ponerse en valor, lo que con el tiempo ha derivado en una falta de relevo generacional.
«Ahora mismo debemos tener sin cubrir entre el 5 y el 10% de los trabajos que necesitamos«, precisa Martín. Hay una gran demanda tanto en puestos de comercio y venta (dependientes de pastelería) como de producción y elaboración (jefe de obrador y ayudantes de pastelería). Pero mientras que los obradores se ven favorecidos por una mayor la conciliación, el canal comercial sortea con peor fortuna este vacío. «Hay más rotación, también porque no se le da la importancia que tiene trabajar en tienda».
El sector regional no alcanza a cubrir parte de los puestos ofertados
A juicio del representante de los pasteleros madrileños, hay dos aspectos a limar. El primero de ellos es que no existe una buena formación profesional dirigida a esta profesión. A este respecto, destaca la ausencia de una escuela de formación de hostelería, carencia que se intenta suplir con un modelo dual en el que los alumnos complementan su aprendizaje en obradores. «Vamos a encontrar métodos de formación que mejoren la incorporación a empresas».
Por otro lado, hay un amplio margen de mejora en el tema de la conciliación familiar, problema que influye negativamente en las subvenciones para los desempleados. «Los obradores no son como los de antes, que eran oscuros y con profesionales que trabajaban desde las cuatro de la mañana», apunta Martín.
Pese al trabajo de estos últimos años, afirma que todavía tienen deuda pendiente con poder conseguir esos dos días libres juntos, «Tenemos que vender el producto a un precio para encontrar ese equilibrio entre precio, tiempo libre y productividad».
ASEMPAS oferta muchos puestos de trabajo y la propia oficina de empleo de la Comunidad de Madrid ofrece cursos de formación para ese sector. De hecho, desde hace dos meses colaboran con el objetivo de que las cifras regionales se acerquen a la contratación total.
«No nos podemos permitir que las empresas tengan necesidades de trabajo sin cubrir cuando hay demanda», indican desde la CAM. Prueba de ello es que el número de demandantes actuales en la comunidad supera los 5.800, concentrándose más de la mitad de ellos en tienda precisamente.