El Ayuntamiento de Barcelona tiene lista una nueva propuesta de plan de usos del Eixample. Sobre el papel, el proyecto fija límites a la implantación de bares, restaurantes o tiendas de conveniencia en el distrito para evitar la masificación y el ruido, aunque que contempla criterios diferentes en función de si la calle es peatonal o no.

Este plan de usos ha sido motivo de tensión entre los socios de gobierno (Barcelona en Comú y PSC). En su aprobación inicial en la Comisión de Gobierno, en marzo de 2022, no contó con el apoyo del PSOE, lo que ha obligado a un trabajo de meses hasta llegar a un consenso para la relajación de muchas de las medidas previstas, como la restricción de negocios de tipo turístico.

La nueva propuesta se centra únicamente en la limitación de los cinco tipos de negocios citados y considerados como de más impacto en la vida cotidiana. De hecho establece dos tipos de regulación, una para calles pacificadas y otra para el resto del distrito.

Tras las modificaciones, en las zonas pacificadas el Ajuntament no dará nuevas licencias de apertura de bares, restaurantes o locales musicales si en un radio de 50 metros ya hay 5 establecimientos de este tipo, o un máximo de 18 negocios en un radio de 100 metros. Además, entre los locales de estos tipos de negocios tiene que haber una separación de 25 metros.

En el resto del distrito de L’Eixample, en calles sin pacificar, las limitaciones se establecen en que no se darán licencia de apertura para establecimientos de este tipo si en un radio de 100 metros desde donde se encuentra el local que quiere abrir hay ya 20 negocios de las actividades que se quieren limitar.

La segunda teniente de alcalde, Janet Sanz (BComú); ha defendido que el objetivo de esta iniciativa es «evitar nuevos casos como el de Enric Granados», en referencia a la gran concentración de restaurantes que hay en esta vía peatonal, que acumula 70 en nueve tramos de calle.

Actualmente en el distrito del Eixample hay 14.000 locales en planta baja, de los cuales 3.200 son bares y restaurantes. Es el distrito de Barcelona con mayor actividad comercial, y sin regulación la cifra podría llegar a un máximo de 11.000 bares y restaurantes. Según cifras del consistorio, los limites planteados reducen el tope a uno 1.150 nuevos locales.