Claudio Álvarez Lefebre fue testigo directo de la conocida como “Edad de Oro de Cuba”, en la que la isla atraía a personajes célebres de todo el mundo y en la que Ron Matusalem fue aumentando su reputación. Álvarez es el bisabuelo de la quinta generación de la familia fundadora, la cual lleva las riendas de la compañía, y a él, va dedicado este nuevo lanzamiento.

Recientemente, Ron Matusalem ha presentado una exclusiva y especial creación: Lefebre. Se trata de una edición limitada de solo 2.000 unidades disponibles en todo el mundo. Es un ron que celebra la experiencia de la compañía en la selección de maderas y en el añejamiento de sus rones, pero también el encanto francés de sus raíces.

Tal y como se presenta, Lefebre combina el expertise y la maestría en el arte del envejecimiento con la sofisticación de sus orígenes en el que utilizaban roble francés. Está envejecido a través del sistema de solera centenario de la casa con selectas barricas de roble francés ex Burdeos de la colección privada de la familia. 

Ron Matusalem prepara su colección “Tributos”

Según Claudio Álvarez Renaud, actual representante de la quinta generación: “Lefebre es un homenaje a mi bisabuelo, Claudio Álvarez Lefebre, quien lideró nuestra empresa durante la legendaria edad de oro cubana”. 

“Esta edición limitada honra nuestras tradiciones, utilizando roble francés y capturando notas sutiles del bosque mediterráneo. Lefebre es elegante, suave y delicioso; un ron verdaderamente único que celebra el encanto francés de nuestros orígenes”.

Este lanzamiento marca el inicio de la “Colección Tributos» de Matusalem, dedicada a rendir homenaje a figuras clave de la familia fundadora. 

Elaborado bajo la batuta de Cynthia Vargas, Master Blender de Matusalem, Lefebre ha sido envejecido en barricas de ex Bourdeaux a través del sistema Solera. El resultado es un ron irrepetible de color ámbar profundo, con matices dorados y cobrizos, y un perfil de sabor inigualable. Lefebre seduce con aromas de madera especiada, chocolate, amargos y pimientos dulces, culminando en un acabado en boca largo y persistente.

Matusalem apuesta por sus orígenes

Es indiscutible que el diseño de Lefebre es una obra de arte en sí misma. La textura de la botella evoca la maestría en madera que ha definido a Matusalem, mientras que el arco, elemento emblemático de la arquitectura colonial cubana, es un guiño a las raíces de la marca.

El cuello de la botella, decorado con un elegante collar de cuero auténtico y un delicado botón dorado, refuerza la fusión entre el estilo art déco y la elegancia del azul marino francés. 

Cabe destacar que cada botella de Lefebre está numerada y viene acompañada de un certificado de autenticidad, presentada en un lujoso estuche diseñado para reflejar la exclusividad de esta edición limitada.