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Patatas a la importancia

Tiempo de Preparación
70 minutos
Número de Raciones
3 personas
Categoría de la receta

Ingredientes:

Hoy vamos a preparar patatas a la importancia. Es un plato popular, originario de Palencia, aunque podemos encontrarlo en toda España. Además es muy agradecido, tanto al paladar como al bolsillo, ya que sus ingredientes son muy cotidianos. Se dice que tiene ese nombre “a la importancia” porque pasa por múltiples elaboraciones (primero se fríen y luego se guisan), y aunque sí que tiene un poco de trabajo, la receta es sencilla. El plato es un guiso tradicional basado en uno de los alimentos básicos que más usamos, las patatas, y es que éstas están buenísimas en todas sus formas. Podéis ver otras recetas de patatas como las míticas patatas bravas o las patatas hasselback. Para esta receta os recomendamos usar patatas gallegas, si os es posible o cualquier variedad de Kennebec. Ya sabréis que hay infinidad de variedades de patata, como la Monalisa, Spunta, Patata roja, etc… y cada una es preferible para un uso distinto. La variedad Kennebec es especialmente buena para guisos.

Cómo hacer patatas a la importancia:

  1. Primero vamos a lavar y secar las patatas. Con un pelador, les quitamos la piel y las cortamos en rodajas de 1 centímetro de grosor, aproximadamente. Reservamos.
  2. Ponemos en un plato harina para rebozar las patatas. Añadimos a la harina 1 cdta. de pimienta negra y otra de pimentón dulce. Mezclamos, y enharinamos las patatas.
  3. En otro plato echamos 2 huevos, batimos y les añadimos un poco de sal. Antes de pasar las patatas por el huevo, colocamos una sartén grande con bastante aceite al fuego.
  4. Una vez el aceite esté caliente, pasamos unas rodajas de patata, previamente enharinadas, por el huevo, y las freímos un poco. Es mejor que no se amontonen mucho, para que no se estropee el rebozado. Por ello os recomendamos que lo hagáis por tandas.
  5. Cuando las patatas empiecen a coger un tono dorado, las sacamos, y las dejamos reposando en un plato o fuente con papel absorbente. Una vez fritas pasamos al sofrito.
  6. En una cazuela, echamos el aceite sobrante de freír las patatas, colado, y lo ponemos a fuego medio.
  7. Cortamos la cebolla en juliana, y la pochamos. Cuando empiece a blanquear, añadimos una cucharadita de harina y movemos bien.
  8. Mientras, haremos una majada. Pelamos y cortamos un par de ajos y los ponemos en el mortero. Añadimos una cucharadita de perejil, si es seco, o un puñado de hojas si es fresco. Añadimos también unas hebras de azafrán (6 o 7) y una gota de aceite de oliva. Machacamos bien hasta hacer una pasta, y añadimos los 100 mL de vino blanco (más o menos ½ vaso). Reservamos.
  9. Cortamos unos trocitos de chorizo (opcional) y los añadimos a la cebolla. Removemos un poco y subimos el fuego.
  10. Ahora, añadimos la majada, y removemos. Dejamos que evapore un poco el vino y añadimos las patatas rebozadas y fritas. ¡Cuidado de las destrocéis!
  11. Las cubrimos con el caldo de pollo (podéis utilizar también caldo de cocido) y dejamos cocer a fuego medio entre 20 y 30 minutos. Podemos ir pinchando con el tenedor para ver cuándo están en su punto justo.
Servimos calientes con un poquito de salsa, y a disfrutar 🙂

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