El Govern balear anticipa un nuevo paso en su cruzada contra la oferta turística excesiva y de baja calidad. Con 625.000 plazas turísticas para una población de 1,2 millones de habitantes,  lo que supone una proporción de una plaza por cada dos habitantes, planea destinar 10 millones de euros a la compra de hoteles de baja categoría y locales de ocio «de turismo de excesos» en Ibiza y Mallorca.

Con la puesta en marcha de este plan de «desinversión», anunciado por la presidenta del ejecutivo autonómico, Francina Armengol, se pretende contribuir al proceso de reducción de la oferta obsoleta. Durante su discurso en la primera jornada del debate de política general que se celebra este martes en el Parlament, ha defendido que la necesidad de adoptar medidas efectivas en lugar de seguir debatiendo «sobre cómo es de grande la masificación».

La jefa del Govern no oculta que el problema de la masificación se puede aliviar reduciendo el número de plazas en volumen, «sin afectar al empleo o a la cohesión social». Aspecto que queda bajo el control de la Ley de Turismo aprobada el pasado mayo y que, en la práctica, deja en manos de los consells la supresión de las bolsas de plazas.

La nueva ley turística prevé la eliminación de unas 40.000 plazas a medio y largo plazo

Según Armengol, con la compra de negocios turísticos obsoletos se pretende «dar ejemplo del camino» marcado por la nueva ley, que promueve menos plazas turísticas, hoteles más sostenibles, más producto local en los establecimientos turísticos y la posibilidad de que los alojamientos hoteleros se transformen en viviendas.

La ley, que salió adelante no sin polémica, busca cambiar de modelo turístico con la eliminación de unas 40.000 plazas a medio y largo plazo. Como primer paso para este descenso, hace unos meses se aprobó una moratoria de plazas que congela nuevas autorizaciones por un periodo de cuatro años, el tiempo estimado que necesita el Govern para decidir sobre el futuro de cerca de 30.000 plazas virtuales que están en una bolsa.

Otra de las novedades importantes que plantea el texto es el cambio de usos de los solares que tengan uso turístico. Podrán transformarse en solares de uso residencial con la condición de que un 30 % de los pisos sean de vivienda pública. Asimismo, también posibilita la reconversión de hoteles obsoletos de 1 y 2 estrellas en viviendas, siempre que un 50 % sea de protección pública.